Técnicas básicas de presencia
ontozen dijo...
Los 3 cierres o bhandas; ejercitando el poder interno.
Sentarse con la espalda lo más recta posible en la posición del loto o sobre los talones. Cerramos los ojos y nos dejamos deslizar a un estado completamente plácido. Nuestra respiración es tranquila y relajada. Algunos practicantes cuentan lentamente al revés; desde diez hasta uno, entrando con cada número en una relajación cada vez más profunda.
Ejercicio 1o La contracción del centro radical
Espiramos pausadamente y a continuación tratamos de contraer hacia dentro con la mayor fuerza posible la zona del abdomen inferior. Primero contraemos el músculo del ano y tiramos de él hacia dentro, como si quisiéramos reprimir la defecación. A continuación, contraemos los órganos tan intensamente como nos sea posible. Finalmente, tratamos de contraer hacia dentro, en dirección hacia la columna vertebral, la zona umbilical del abdomen inferior. Este último paso del ejercicio apoya las dos contracciones precedentes, puesto que se tira del recto y de los órganos sexuales hacia atrás y hacia arriba.
Tenemos así un estado de máxima contracción del abdomen inferior; lo mantenemos durante algunos segundos, y después nos soltamos completamente, retornando a nuestra situación inicial relajada. Al cabo de algunos segundos repetimos las tres fases del ejercicio y mantenemos de nuevo la contracción de toda la cavidad pélvica durante varios segundos: luego soltamos y relajamos.
El mismo ejercicio una tercera vez. Después disfrutamos unos minutos de reposo, permaneciendo con la consciencia en el lugar en que se ha practicado el ejercicio. Este ejercicio de contracción libera sobre todo los bloqueos del primer y del segundo chakra y estimula la energía Kundalini. Es normal y deseable una creciente sensación de energía o calor.
Ejercicio 2o La contracción del diafragma
(El diafragma es una placa músculo-tendinosa que delimita y separa la parte superior de la cavidad abdominal de la cavidad torácica.) Continuamos en nuestro estado relajado de paz y sosiego interiores. La respiración es pausada y regular. Al espirar, intentamos contraer hacia arriba nuestro diafragma de forma que se eleve en dirección a la cavidad torácica. Al hacerlo, los órganos del abdomen superior se ven simultáneamente comprimidos hacia atrás, en dirección a la columna vertebral. Intentamos mantener esta vigorosa contracción durante algunos segundos. A continuación relajamos unos segundos explayándonos completamente, y repetimos este ejercicio dos veces más. En la pausa que sigue seguimos dirigiendo nuestra atención al lugar donde hemos realizado el ejercicio. En general, experimentaremos un cosquilleo o vibración de intensidad diversa: algunas personas también sienten calor, o incluso una sensación de calor intenso. Esta reacción es desencadenada por la energetización del chakra del plexo solar: parte de la energía liberada asciende hasta el chakra cordial, que también se activa mediante este ejercicio. Se extiende en nosotros una sensación de profunda satisfacción interior. Permanecemos completamente relajados y somos testigos de lo sucedido.
Al cabo de algunos minutos de profunda tranquilidad pasamos al siguiente ejercicio.
Ejercicio 3 o La contracción de la nuca
En este ejercicio inspiramos a través de la nariz y, partiendo de nuestra situación de relajamiento, intentamos contraer o apretar simultáneamente hacia abajo la nuca y la barbilla, en dirección al cuerpo. Al hacerlo, tiramos de los hombros hacia arriba, de forma que el cuello se haga cada vez más corto. Mantenemos esta tensión durante unos segundos concentrándonos en nuestra nuca. Después, nos volvemos a relajar completamente y dejamos todo suelto. A los pocos segundos repetimos este ejercicio y nos relajamos de nuevo. Lo mismo una tercera vez: tensar unos segundos y soltar.
Este tercer ejercicio de contracción disuelve las energías estancadas en el chakra del cuello, purificando este importante canal que une la cabeza y el corazón. Cuando aquí se recupera el flujo energético libre de obstáculos, sentimos en la zona de la nuca y los hombros un fuerte «ardor», que va acompañado de un sentimiento de fortaleza interior, sinceridad y auto confianza. Mediante este ejercicio se armonizan y equilibran las fuerzas del yin y del yang.
Si realizas consecutivamente los tres ejercicios de contracción que hemos descrito, podrás constatar instantáneamente una clara mejoría de tu estado general. No obstante, te aconsejamos encarecidamente que no exageres este ejercicio. Realizarlo dos veces al día, por la mañana y por la tarde, es en principio más que suficiente.
Quien disponga de alguna experiencia puede practicar los ejercicios de contracción, en el mismo orden indicado, varias veces consecutivas. Pero siempre prestando atención a su propio bienestar. Nunca debemos superar nuestros límites naturales internos, que nos indican claramente cuándo es suficiente.
Para muchas personas, estos ejercicios se han convertido en un componente fijo de su vida; para nosotros, también, pues bastan unos minutos para realizarlos, y lo que conseguimos a cambio es sorprendente. Sin embargo, lo que nos hace avanzar no es conocer estos eficacísimos ejercicios, sino practicarlos a diario.