Mirando la realidad con ojos sin párpados.
Cuando el budismo se tienta con plata .
Marginados en una sociedad materialista, los monjes budistas de Tailandia encuentran que cada vez resulta más duro evadir las tentaciones del dinero y el poder.Prueba de ello es el sillón de piel de oso que usa el abad Pipat Vorakit para recibir a los huéspedes en el monasterio de Jao Tabiab. Allí, el sujeto convive con sus prácticas espirituales y tres teléfonos celulares, además de dos ordenadores, un reproductor de discos compactos y un televisor de pantalla plana.Ante la puerta de su oficina, desde la que se aprecia una vista panorámica de la turística playa, el abad Pipat, de 69 años, tiene estacionado su inmaculado automóvil Mercedes mientras fuma cigarrillos Dunhill.Los preceptos budistas prohiben acumular bienes materiales e incluso tocar el dinero. Aunque en Tailandia, la religión y los negocios se superponen a medida que se implanta el rabioso consumismo en las áreas rurales, donde la fe budista ha sido ciega.Este mercantilismo no es nuevo en los monjes budistas. A mediados de década de los 90, se descubrió que el carismático Yantra Amaru Biju llevaba una intensa vida amorosa y que en sus viajes al extranjero empleaba tarjetas de crédito para pagar prostitutas.Aún mayor fue el escándalo protagonizado después por monjes de Bangkok que prometían la salvación espiritual a cambio de donaciones de dinero al contado.La idea poco ortodoxa de que la prosperidad económica ayuda a allanar el camino hacia la salvación espiritual, cobra cada día mayor fuerza. El "Sangha", máximo órgano disciplinario, ha admitido que los monjes llevan a cabo una dura lucha personal para seguir las enseñanzas de Buda sobre la renuncia a los placeres mundanos.Ejemplos claros de esa contraposición de valores son el abad Pipat, quien, además de las donaciones de dinero en efectivo de los feligreses, percibe los ingresos que generan sus inversiones inmobiliarias, en restaurantes y en un establecimiento hotelero.Los budistas tailandeses que desaprueban el mercantilismo sostienen que la falta de responsabilidad que gira en torno a la administración del dinero por parte de los monasterios permite que los monjes acumulen grandes fortunas."A los budistas tailandeses no les gusta interferir en los asuntos de negocios de los monjes por respeto", dijo Sanitsuda Ekachai, autora de varios libros sobre el budismo.Dos años atrás, los monjes que dirigen la fundación benéfica Ratchaviyalai expulsaron de la comisión que supervisa las cuentas a un respetado banquero por intentar introducir métodos de gestión más transparentes.
Así, solo me resta reafirmar la importancia del cultivo solitario del espíritu para evitar la trampa en la que ni los líderes religiosos de una u otra tienda se escapan. En estos casos..."Rescata al objeto, descarta el sujeto"; siendo el primero la escencia del budismo, y el segundo el montón de desubicados de siempre, como en todas partes.
Eu.
1 Comentarios:
amo tu blog
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