Presentación en el grupo msn ZensinMaestro el Jueves 8 de Septiembre del 2005
"Quien escribe estas líneas es un niño de justo medio siglo. No metafórica sino prácticamente literal es esta afirmación desde mi perspectiva zenista, pues reconozco algo nacido de especial naturaleza que no deja de ser auténtico y auto referente y es el fruto del zen practicado por treinta años, y no miento.
El Manual de Budismo Zen del Maestro D.T. Suzuki y El Zen visto por Occidente de Christmas Humphreys fueron mis primeros libros cuando tenía diecisiete años. Nadie de los míos, ni los más cercanos o los más lejanos de mi entorno habían escuchado del zen ni quisieron escuchar posteriormente por lo críptico de su propósito.
Lo más probable que haya sido la soberbia de pendejo adolescente que encuentra en el mercado de identidades una investidura misteriosa y exótica el primer impulso para comprarlos.
De lo que rescato como beneficio inmediato en esos tiempos por la práctica del zazen, fue una acendrada conciencia corporal que me fue particularmente útil en mi estilo de karate shotokan.
Mi maestro de artes marciales fue quien me obsequió El Shodoka de Deshimaru; mi libro de cabecera aún.
Con esta primera trinidad estaqué mi zazen y conseguí interesantes estados de conciencia, muy ensoñados y extásicos, cada uno arrogándose cualidades de satori; pero eso eternamente indefinible y tan propio; de alguna manera, sutil o brusca indistintamente, te dice No es Eso.
Al final caí en cuenta que la naturaleza del satori, para partir, no debe ser buscada sino encontrada; y que lo distingue el un no antes ni después , sino un siempre como revelación de su “forma temporal”.
Después de ese descubrimiento, las montañas volvieron a ser montañas…y cero rollo.
Felicito la ocurrencia del nombre de este grupo; de hecho refleja mi estilo decantado por la soledad y el tiempo, dos buenos amigos en zazen. Y llamo estilo en realidad, el que es mi ejercicio de creación; a saber, definir siete grados de conciencia y la participación en esos estadios derivados de éstos.
Obviamente el zen como herramienta para ampliar la conciencia es indiscutible, pero es solo obvio en realidad para quien conoce el sabor del fruto del zen. Es bueno saber que hay alguien "ahí afuera" que busca/encuentra tan preciado fruto."
Kuatz.
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